Es
sabido que El Hospital de San Miguel fue fundado por el filántropo ciudadano
costarricense Don Juan de Dios Pérez, natural de Cartago. La junta de caridad
que actuó en los años 1868 y 1869 acordó la colocación de dos lapidas marmóreas
en el salón de sesiones para perpetuar la memoria de Don Juan de Dios Pérez y
Don Luís Álvarez. Don Juan de Dios Pérez benefactor de esta ciudad falleció el
2 de Julio de 1829, en Cartago, Costa Rica, lugar de su origen y Luís
Álvarez, falleció en Enero de 1855.
En
1880, la Junta de Gobierno del hospital, por instancia del General Lisandro
Letona comandante departamental, había solicitado la ayuda de las hermanas de
la caridad de San Vicente de Paúl para que administrasen los diferentes centros
de caridad que esta junta promovía.
En
diciembre del mismo año, llega a la ciudad de San Miguel, las hermanas de la
caridad, todas de nacionalidad francesa, entre ellas Sor María Morín como la
hermana superiora; al ser inaugurado el nuevo hospital San Juan de Dios en 1882
el 24 de Octubre, dichas hermanas se hacen cargo de la administración. Muy
pronto Sor María Morín, se dio cuenta de la necesidad de edificar una capilla
dentro del nuevo hospital, para que ofreciese servicios a los enfermos.
El
16 de Octubre de 1890 se acordó comprar el solar que está situado frente al
hospital y que es el mismo que ocupa la capellanía de aquel centro. El predio
costó la cantidad de 100 pesos (colones). Fue así que En el centro del hospital
se levanta la bella Capilla de la Medalla Milagrosa que es uno de los templos
principales con que cuenta la Ciudad de San Miguel. Los planos de esta capilla
fueron levantados por el coronel don Ascencio Azcúnaga, originario de San
Salvador, quien a principios del año 1904 llegó enfermo al Hospital,
precisamente cuando Sor María Morín deseaba construir.
Sor
María Morín quiso hacer de la Capilla un detalle, de la Capilla Real en donde
la virgen de la Medalla Milagrosa se le había aparecido a Santa Catalina
Labaure en el antiguo París (Francia) en el año de 1830. La venerable religiosa
expreso sus ideas sobre el diseño de la Capilla al Coronel Azcúnaga, y en poco
tiempo él le entrego su trabajo, quedando satisfecha de los planos que le
fueron presentados.
El
mismo año de 1904 principiaron los trabajos de construcción de la capilla los
cuales dirigió por algún tiempo el mencionado Coronel Azcúnaga; pero habiéndole
sobrevenido una reacción en la enfermedad que le acechaba, falleció cuando la
obra estaba bastante adelantada. Los ánimos de Sor Morín no decayeron ya que
tenía mucha fe de su obra y ella se dedica a supervisar personalmente los
trabajos de construcción y a dictar disposiciones para la capilla que estaba
destinada a dar culto a la Virgen bajo la advocación de la Medalla Milagrosa.
Entre rifas, limosnas de fieles y donativos especiales de personas piadosas, se
logra levantar poco a poco la hermosa Capilla.
El
año de 1914, el primer Obispo de San Miguel, Monseñor Doctor Don Juan Antonio
Dueñas y Argúmedo, bendijo en acto solemne la bella Capilla de la Medalla
Milagrosa, en el Hospital Migueleño.
Sor
Morín entrego su alma al creador el 19 de Mayo de 1924, a los 84 años de edad y
62 de vocación religiosa. Sus restos descasan bajo la bóveda celeste de la
Capilla que ella construyo.
Por
el año de 1986, estando en la presidencia el Ingeniero José Napoleón Duarte,
dicta un decreto en el cual se ordena demoler el hospital, dejando únicamente
la casa de las hermanas de la caridad y la capilla; desde entonces la capilla,
presta nuevamente, servicios a los migueleños y está bajo la tutela de las
hermanas de la caridad.
El
26 de marzo de 1987, la Capilla de la Medalla Milagrosa es declarada Monumento
Nacional bajo decreto legislativo Nº 628 y apareció en el Diario Oficial el 24
de abril del año en mención, Nº 74 tomo 295.
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